Con Bon Iver y su disco homónimo, encontré la banda sonora perfecta para musicalizar este fin de semana en el que las temperaturas osaron pasar la barrera del "bajo cero". Melodías heladas, que encierran sin embargo, un núcleo de calidez abrumadora. Esa sensación de entrar a un ambiente absolutamente oscuro, en el que solo se distingue una pequeña luz, que a medida que nos acercamos se hace mas intensa y termina inundando candorosamente toda la habitación. Un recorrido pausado, pero seguro por un territorio inhóspito en el que creemos estar perdidos, y sin embargo nos recuerda mucho a nuestro hogar. Quizás las palmas sobren con música como esta, pero podemos frotar nuestras manos para suplir el calor y poner play en nuestro invierno.
Yosul () o magia. Nieve; mucha y constante. Eso es lo que predomina en el escenario en el que se desarrolla esta película. Uno quizás ignora que Corea tenga escenarios de esta magnitud. Tal es así, que parece rodada en algún rincón perdido del Polo Norte, pero la candidez de los personajes, nos mantiene a salvo. Otra vez la música como hilo conductor de la trama. Tres protagonistas, y un triángulo que no es tal. El amor, a veces hela la sangre. De eso se trata. Nevó en mi ciudad, aunque no con la intensidad que se refleja en la pantalla ; tan solo un guiño de la noche.
Y quizás sea la lectura del domingo la ultima que recuerdo. Sabato, en "Abaddon, El Exterminador" recorriendo los grandes parques y plazas de Buenos Aires, siempre con la compañía de alguien que le sirve como interlocutor. Parada obligada en algún café perdido en las mil esquinas de la ciudad. Un recuerdo, y otro café en la ciudad de París, más bohemio como la presencia que en ese particular instante de su memoria lo atormenta. Vamos un poco más atrás y en un rincón perdido de su adolescencia, la encontramos a Soledad. Muchacha fría, portadora de un fuego que congela. Ojos inquisidores, pero con culpa. Todo lo atormenta y en un remolino de recuerdos fortuitos, se angustia. Uno, impotente como todo lector, tiene ganas de tenderle una mano cálida para rescatarlo. Es imposible, se aleja, y la distancia hace de las suyas. Está atrapado en esas lineas; quizás lo rescate en el próximo encuentro.