Pero creo que mi soledad deberia tener alas...


"Creo que lo he fascinado, y sé que él me ha fascinado también. Presumo que nos perteneceremos el uno al otro hasta que la muerte ocurra. ¿Cuál vendrá primero, desnuda, fría y alta, a visitarnos? ¿La suya, la mía? La mía, probablemente, pese a que él está lejos ya de ser un niño, porque mi vida, por inexorable capricho biológico, cuenta con un plazo mucho más corto que el acordado en general por el Destino a los de su privilegiada especie.
Hace un año que es mi dueño y vivo en su casa,y me asombra todavía, dado mi carácter, que me haya conquistado en tan poco tiempo. Al principio quise resistirle. No había amado aún —soy muy joven, pero de edades prefiero no hablar... por él, por el que amo—, y antes de encontrarlo les temía, quizás instintivamente, a los riesgos del amor. Ahora me he entregado, con la intensidad de una pasión primera que sospecho será también la última. Es hermoso amar. Hermoso y terrible. No conozco gozo y tortura equiparables. No pienso que existan. Basta que me deslice una mano por el cuerpo, en caricia larga, para que vibre y me estremezca, como si me encendieran una pequeña fogata en el corazón. Pero, asimismo, si mi compañera se arrima y lo besa, sufro como si a mi pobre corazón lo rozase una mano dehielo. Entonces, sin poder impedirlo, cedo ante el atroz reclamo celoso, me adelanto, me impongo, no importándome las presencias extrañas y, haciendo de lado el orgullo, exijo lo que me corresponde.Él me mira, entre bondadoso y burlón, adivinando mi martirio, y sus hábiles dedos logran apaciguarme. Siento, en esos instantes en que el dolor y la alegría se suceden, rápidos, crueles y dulces, hasta dónde dependo de su voluntad. Pero, con simultánea lucidez, intuyo,misteriosamente, secretamente, hasta dónde es mío, hasta dónde su fugaz traición no reviste más trascendencia que la de un frívolo juego..."

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