Shoelace



Intenté, pero era imposible. Tomaba uno de los extremos y trataba de confundirlo con el otro. Los dos lazos azules interrumpian su trayecto, sin motivo alguno. Era clara la intención, pero todo quedaba en la nada. Un nuevo intento, y todo se complica aun mas. Los dedos se comportan como dos torpes esclavos. Disputan entre si la posibilidad de fundirse. Se entrecruzan, pero en medio, la ignorancia. 10 minutos pasaron desde el primer intento y la ansiedad ya comienza a dar lugar a la frustración. Reflexiono acerca de lo ridiculo de la situacion: 20 años , universitario, y me es imposible atar los cordones de mis zapatillas. Con un poco màs de humildad, me someto nuevamente a la aparente dificil tarea. Pero si hasta ayer era todo mecanico, rutinario, absurdo y humano. Repaso cada uno de los movimientos. Primero los cruzo, despues hago el primer moño, lo rodeo y...NADA. Imposible. Ya 20 minutos desde que comenzó esta tortura. Retiro los cordones. El ultimo nudo ya está hecho...La mañana comienza a asumirse. Un cuerpo cuelga del techo. Los cordones azules rodean su cuello. En definitiva, tan dificil no era...

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