Mitad.

La pasta de dientes me dura el doble, y no estás. Esa medida absurda con la que intento calibrar tu ausencia. Mesuro en la realidad alternativa del cuarto de baño los tiempos tontos de nuestra típica convivencia. Y otra marca tuya en el pomo del dentífrico...Esa puta costumbre de apretarlo en el medio sabiendo lo que me hace rezongar. Ahora me doy cuenta que te gustaba verme en esa actitud. Sulfurado y escupiendo el buche matutino, mientras vos sentada sobre la mesada ( y con el culo frio, como te gustaba decir ) te reías, y de a ratos limpiabas el bigotito que te dejaba el café con leche. Chaplinescos en esas mañanas ; rodando una película muda destinada a nunca estrenarse. Sin subtítulos ni aclaraciones. Y tu sonrisa de atorrantita como único efecto especial. Ahora me miro al espejo, y los ojos me quedan grandes.